Hoy, el panorama es muy distinto a quince días atrás, aproximadamente. En todos los sentidos, de un día para al otro nos encontramos atravesados por un virus que nos mantiene detenidos en el tiempo. Y cuando digo en todos los sentidos, es muy amplio... Por un lado, las calles y los lugares de encuentro están desolados, por otro, hay gente dejando el alma en las calles para frenar todo esto y por último, hay gente muy capaz aislados en un laboratorio tratando de encontrar algo que nos salve.
En paralelo, todos los hogares están más habitados que nunca. Muchos están en familia casi de vacaciones disfrutando de momentos increíbles, otros están arrancándose los pelos porque ya no se soportan, otros están aislados con amigos viviendo una experiencia única, otros están solos manteniendo contacto virtual con la gente que extraña, otros están disfrutando la soledad y la tranquilidad de su tiempo libre y otros están totalmente paranoicos pensando que es el final.
Ahora, yo me pregunto si realmente fuera el final... que lo dudo bastante ¿qué harías? pufffff a mí se me ocurren un montón de cosas.
Pero mi mente positiva, me dice que esto se resuelve en cuestión de días y ahí voy a volver a abrazar fuerte pero fuerteeeee a mis afectos, a acariciar la piel de mis viejos que no se parece a ninguna otra piel, a morder los cachetes de sobrina, a tomar mate en el laburo y con mis amigos, a compartir la lata de birra, a llenar mi casa de encuentros a pura risa y sobre todo aprender a valorar lo que muchas veces se me olvida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario